Adonde quiera que vayamos, el sello de St. Regis se mantiene. El diseño icónico nos hace recordar nuestro flagship de New York, nuestro St. Regis Butler Service, el legendario mayordomo, y nuestra dedicación por las pasiones de nuestros huéspedes: gastronomía, vino, jazz y polo.
Son, pues, tiempos de celebración. Y nada mejor para celebrar, que haciendo alusión a uno de nuestros rituales más importantes, como hacemos regularmente cada viernes en nuestro Altamira Lounge: el Ritual del Champagne.
Abriremos unas botellas con la técnica del “Sabrage” muy popular en Francia cuando el ejército de Napoleón visitaba los dominios aristocráticos. Eran tiempos de la pos-Revolución Francesa y el sable era el arma favorito de los húsares de Napoleón. Las espectaculares victorias le daban muchas razones para celebrar y durante esas fiestas abrían el Champagne con sus sables. Es conocido que Napoleón exclamó: «Champagne! En la victoria se merece; en la derrota se necesita!”
Una de las historias más conocidas es con Madame Clicquot, quien heredó de su marido el pequeño castillo en la región de Champagne a la edad de 27 años. Los oficiales de Napoleón solían quedarse en el viñedo y cuando salían temprano por la mañana con su botella de cortesía, acostumbraban a abrirlas con su sable para impresionar la rica y joven viuda.